Activistas reivindican educación emancipadora en América Latina
Reunidos en una sesión conjunta entre el Foro Social Temático y el Foro Mundial de Educación, militantes de los movimientos sociales defendieron la necesidad de formar ciudadanos que conozcan su historia y no profesionales con conocimientos dictados exclusivamente por el mercado externo. El crecimiento de las instituciones privadas de enseñanza preocupa los expertos que participaron de la mesa en Porto Alegre.
Naira Hofmeister
Porto Alegre - La existencia de conferencias y consejos nacionales de educación y de leyes que garanticen el acceso universal a la escuela no han sido suficientes para democratizar efectivamente el sistema de aprendizaje en el continente latinoamericano. Este fue el diagnostico exhibido por seis expertos durante una conferencia conjunta del Foro Social Temático y del Foro Mundial de Educación en Porto Alegre.
“En América Latina hay una disminución del espacio del disenso. Las personas son invitadas a participar desde que no rompan con el status quo”, resumió la coordinadora de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, Camila Crosso, de Brasil.
Según los participantes de la mesa “La educación y las luchas por la justicia, la memoria y los derechos humanos”, aunque en algunos países – como en Brasil – el aumento del presupuesto para el sector y la permanencia por más tiempo en la escuela (datos compartidos por casi todas las naciones) no se están convirtiendo en conocimiento efectivo.
Los contenidos, incluso en la escuela pública, están dictados por los cánones del mercado, de las necesidades de empresas multinacionales y no orientados según la realidad de cada país. “Tenemos una privatización de los valores enseñados,estamos formando personas con el parámetro del mercado y no preparándolas para ejercer la ciudadanía”, criticó el secretario de Educación del gobierno del Río Grande del Sur, Jose Clovis de Azevedo.
“En América Latina hay una disminución del espacio del disenso. Las personas son invitadas a participar desde que no rompan con el status quo”, resumió la coordinadora de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, Camila Crosso, de Brasil.
Según los participantes de la mesa “La educación y las luchas por la justicia, la memoria y los derechos humanos”, aunque en algunos países – como en Brasil – el aumento del presupuesto para el sector y la permanencia por más tiempo en la escuela (datos compartidos por casi todas las naciones) no se están convirtiendo en conocimiento efectivo.
Los contenidos, incluso en la escuela pública, están dictados por los cánones del mercado, de las necesidades de empresas multinacionales y no orientados según la realidad de cada país. “Tenemos una privatización de los valores enseñados,estamos formando personas con el parámetro del mercado y no preparándolas para ejercer la ciudadanía”, criticó el secretario de Educación del gobierno del Río Grande del Sur, Jose Clovis de Azevedo.
El presidente del Directorio Académico de la Universidad de Chile, Francisco Figueroa, que hasta poco tiempo atrás era el vicepresidente de la Federación de Estudiantes de aquél país, llamó la atención sobretodo para las pautas de investigación científica, que se construyen sobre las demandas de los países “centrales” y no según lo que requiere la propia nación que enseña.
“El despliegue de estos conceptos es el equivalente al nuestro potencial creador y productivo como sociedad y servirá para que tengamos más calidad de vida y luchemos contra todas las desigualdades”, incentivó el líder estudiantil.
Pero no es solamente esto: el propio acceso a la educación es selectivo, dicen los expertos. Generalmente es más fácil para quienes están en los medios urbanos y definitivamente la escuela no es un espacio configurado para los discapacitados o las personas con opciones sexuales distintas. A estos, así como a los pobres, se los reserva una escuela con menos recursos, también excluida la propia institución del sistema.
“Por esto, los gobiernos tienen el compromiso de ir más allá de la mera administración de la educación”, postuló el ex relator especial por el Derecho a La Educación de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el costarricense Verner Muñoz.
La historia libre de sus versiones oficiales es uno de los aspectos que deberían integrar los contenidos difundidos en las clases para construir una educación que guarde relación con las necesidades de los países del continente. Fue lo que manifestó el director de las Facultades Latinoamericanas de Ciencias Sociales (Flacso), Pablo Gentili, es la historia.
“Todo el debate acerca de la memoria lo es también sobre educación democrática porque la memoria es un conocimiento que se produce y se rescata de forma colectiva. El derecho a la memoria actualiza la idea de igualdad porque es algo común a todos”, puntuó.
Pero la realidad en los países de América del Sur y del Caribe es al revés. Gentili ilustró con un ejemplo concreto: en Haití, las dichas fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) actualmente comandadas por Brasil, reconstruyeron una escuela destruida por el terremoto de enero de 2010. La institución homenajeaba una personalidad local, pero la inauguraron ahora con el nombre de Duque de Caxias, un militar brasileño del Imperio de Dom Pedro II que después llegó a ser ministro de Guerra y Primero-ministro del país.
“Los gobiernos progresistas de los países latinoamericanos no han enviado nada a Haití que no sean los militares. Necesitamos solidarizarnos como pueblos para romper con esta visión”, rogó el abogado haitiano Patrice Florivus, que estaba en la platea y fue estimulado por los participantes d ella mesa a decir algunas palabras sobre la situación de su país.
El militarismo, además, sigue siendo uno se los pilares de la educación en todos los países latinoamericanos, dijeron los integrantes del debate. “La gestión escolar está basada en el miedo y en la disciplina – la escuela y el ejército son las dos estructuras publicas que todavía no se han democratizado. ¿Cómo vamos a cambiar el mundo a través de una institución que busca básicamente lo contrario?”, provocó Muñoz.
Por esta razón, defendieron los conferencistas, es que se convierte en un punto clave la existencia de otras instancias educativas en cada uno de los países de América Latina. “Una educación emancipador no ocurre solamente en la escuela. Hay muchas otras esferas y los movimientos sociales son también un espacio de producción de conocimiento porque luchan por el”, defendió Gentili.
Privatización es amenaza
El crecimiento de las instituciones privadas de enseñanza preocupa los expertos que participaron de la mesa en Porto Alegre. En Guatemala ya llegó a un 80% del total el numero de instituciones de educación secundarias privadas.
Mientras tanto, Costa Rica todavía se resiente de un problema noticiado por los diarios: mujeres son obligadas a trabajar como domesticas en las casas de los propietarios de universidades en cambio de lograr una beca de estudios.
Chile, sin embargo, es un ejemplo positivo de como las movilizaciones populares pueden tener un impacto importante en la preparación de políticas públicas para el sector. Este era el único país en Latinoamérica que hasta este momento no tenía reconocida la gratuidad de la educación en la Constitución Nacional.
“Lamentablemente la tecnocracia mundial y muchos sectores políticos ven a Chile como un ejemplo a seguir. Y lo vieron hasta este año cuando la lucha de los estudiantes y profesores se lo mostró al mundo que el modelo chileno de educación mercantilizada no iba por un buen camino”, concluyó el presidente del Directorio Académico de la Universidad de Chile, Francisco Figueroa.